
El film fue dirigido por Lee Daniels. Actriz protagónica: Gabourey Sidibe, Mo´ Nique,en el rol de la madre (Oscar Mejor Actriz de Reparto). La vi con demora. Imaginé la turbia historia y mi pequeña almita no deseaba tanto desgarramiento, aunque se tratase de buen cine.
Finalmente, el domingo, me entregué a la realización y, pese a la enormidad de esa vida en pena, me atrapó la edición y dirección del filme, las interpretaciones y el escape mágico (como el monólogo interior – relato, de la joven) que, desde los sueños personales, mostraban escenas de aceptación, belleza estándar-comercial, baile, música, show, en un espacio donde todo era posible (el onírico), permitiéndole así, a Clareence, sentirse mimada, amada y respetada.
Rescato el mensaje explícito del argumento: cuando ella (uno) decide hacer algo para cambiar su vida, esta recién puede modificarse. Ocurre que ante tanto abuso y abandono, si el Estado o las Instituciones no ayudan a estas personas (¿Qué sucede en nuestro país, me pregunto?), “salir del ambiente violento, progresar y sanarse, es improbable y/o muy complejo”. De todas formas, siempre alguien tiende una mano (¿siempre?).
La película registra en la historia el rol de los compañeros de la joven, los maestros, asistentes sociales, vecinos, etc.
TODO OCURRE FUERA DEL MARGEN, DE LA CONCEPCION DE AMERICANO BLANCO, CLASE MEDIA-MEDIA ALTA, COMO SI EN OTROS ESTAMENTOS LO TRAGICO, LO PERVERSO, NO SUCEDIERA.
Al finalizar, la producción dedica a TODAS LAS PRECIOSAS, el filme. Ellas no son tan obesas, desgarbadas ni marginales. Pueden estar muy cerca de nuestros hogares y hasta en el seno de nuestro universos de relaciones.
Gustavo D´Orazio
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