Los caligramas son muy antiguos y han sido catalogados tanto en el hacer literario como plástico. Facturados desde una estética que une palabras (frases-versos) y formas (dibujos, imágenes) dan vida a figuras que representan el contenido del texto.
Este arte combina los actos de dibujar y escribir, exaltando tipografías, espacios, y hasta letra manuscrita, incluyendo, gracias a las nuevas tecnologías y fusiones actuales, todas las posibilidades digitales del presente siglo, en donde el desconcierto, la subjetividad y el tratamiento más tradicional han ampliado el concepto de caligrama, redefiniéndolo, redescubriéndolo y remozándolo.
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