VINCENT
Subastado por la sociedad,
Vincent vuelve a suicidarse.
Es por el lucro inmoral que lo pondera.
Entre apurados y patológicos,
Es por el lucro inmoral que lo pondera.
Entre apurados y patológicos,
tus trazos y colores estallan en las telas.
Tú gritas: ¡malditos!,
Tú gritas: ¡malditos!,
pues no comprendieron a tiempo,
cuando eras materia viva
y supurabas maravillosos ocres y azules profundos.
Hoy, en la inmensidad de ese espacio
Hoy, en la inmensidad de ese espacio
en el que no se pinta (y del que no se vuelve),
miras a los cuervos -esos que preanunciabas-
exaltados por tu paleta,
tus cartas -¡cuánto dolor Vincent!-
y tu existencia volcánica.
Theo -otro aniquilado-
Theo -otro aniquilado-
hermano fiel,
te consuela erguido, simulando fortaleza;
adorándote como a un hijo.
Sin embargo, son dos hombres corroídos,
Sin embargo, son dos hombres corroídos,
dos almas despojadas de toda esperanza.
GUSTAVO D´ORAZIO
Un querido y antiguo poema, que rescato tras la breve charla con Patricia Morante sobre estos tres personajes: Theo, Vincent y Antonin Artaud.
VALE ACERCARSE A ESTOS CREADORES, A SUS UNIVERSOS PLENOS DE IMAGENES POTENTES Y NOCHES TORTUOSAS;
A SUS IMAGINARIOS COMPLEJOS Y TEMIBLES,
EMOTIVOS Y AUDACES...
2 comentarios:
Querido Gustavo:
Veo que seguís con vuestros encuentros poéticos, tertulias y actividades culturales.
Y veo que tu blog sigue en marcha. Y tan creativo e interesante como siempre. Me alegro mucho.
Yo ando metido en el mundo de la formación terapéutica y me doy cuenta de que eso me tiene muy absorbido. También estoy haciendo teatro. A finales de este mes de mayo estrenamos el montaje.
Lo que tengo un poco más abandonado es la poesía. Y lo echo de menos, no creas. En cualquier caso, es un periodo. Sé que pronto vuelvo a la carga.
Te mando un fuerte abrazo, amigo. Y una gran sonrisa.
Bello homenaje el de tu poema, querido amigo...
"...Leer en traducción al último Artaud es igual que mirar reproducciones de cuadros de Van Gogh. Y ello, entre muchas causas, por lo corporal del lenguaje, por la impronta respiratoria del poeta, por su carencia absoluta de ambigüedad.
Sí, el Verbo se hizo carne. Y también, y sobre todo en Artaud, el cuerpo se hizo verbo.¿En dónde, ahora, su viejo lamento de separado de las palabras? Así como Van Gogh restituye a la naturaleza su olvidado prestigio y su máxima dignidad a las cosas hechas por el hombre, gracias a esos soles giratorios,esos zapatos viejos, esa silla, esos cuervos... así, con idéntica pureza e idéntica intensidad, el verbo de Artaud, rescata, encarnándola, "la abominable miseria humana". Artaud como Van Gogh, como unos pocos más, dejan obras cuya primera dificultad estriba en el lugar-inaccesible para casi todos- desde donde las hicieron. Toda aproximación a ellas sólo es real si implica los temibles caminos de la pureza, de la lucidez, del sufrimiento, de la paciencia..."
Alejandra Pizarnik.
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