La escultora Louise Bourgeois hablaba, como otros,
de la catarsis del arte. Jorge Luis Borges, de lo imposible de hacer poesía sin ser uno -siempre-, el mismo, el impulsor de ese espacio de creación, diferente al del
escritor de “ficciones, cuentos, novelas”, que concibe desde personajes inexistentes,
que no son “el autor”.
El suplemento ADN, del diario La Nación, del viernes 6 de
junio pasado, dedicó una profunda y completa nota de Nora Bâr (periodista, divulgadora científica
argentina, alguna vez tratada por mí en encuentros de la Fundación Apostar a la
Vida), al tema El Cerebro, dando cuenta de la literatura existente, de los
variados autores -nacionales y foráneos-, que escribieron e investigan, en la
actualidad, sobre el tema: este órgano misterioso que, según los especialistas,
libreros y editores, se ha puesto de moda.
Ese mismo día, mi madre fue operada
del cerebro. Inspirado, motivado, por la vida que me acaricia y golpea, a
veces, hago como Bourgeois y Borges: concreto una obra que puede expiar mis
duelos y pesares, mis alegrías y conquistas, interpretando, al mismo tiempo, lo
que a otros les puede estar sucediendo.
¿Para qué otra cosa puede servir un poeta?. G.D.
¿Para qué otra cosa puede servir un poeta?. G.D.
Operación
Podrán abrir su cabeza
mas nunca sabrán sus secretos
ni conocerán sus sueños
o descubrirán su pasado
Podrán ingresar a territorios vedados
y no distinguirán penas de olvidos
fracasos de glorias
dudas de aciertos
Evaluarán y harán
mas ese misterio esencial
y único
no sufrirá invasión alguna
Quedará intacto
preservado de todo daño
imposibilitándose la llegada
al núcleo del ser
Gustavo D´Orazio - 2014
1 comentario:
Buenísimo, Gus. Cuando las cosas nos movilizan desde tan adentro, el poema fluye, empuja por salir. Gracias por dejarlo.
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