Buen apetito (post de archivo)
RECETA...
Un buen vino y un helado completaron el menú de un lunes singular, un convite nada desdeñable para el paladar y este invierno bajo cero.
Hoy he cocinado por amor. El me lo pidió. “Papá tengo ganas de comer chorizos a la portuguesa”. Y se los hice. Necesita mimos. Es un pequeño, un hombrecito que, con el corazón roto (han dejado de verse con su novia) busca caricias y charlas; cuenta lo que le ocurre, analiza y se deja llevar por la música, los videojuegos…los recuerdos recientes, tiernos…
Ella era (es) frágil, silenciosa. Los vi enamorados, frescos y cándidos; transparentes y alegres; tristes y pensativos; discutidores, distanciados y reconciliados. Me recordaron mis 20 años.
Cenamos juntos. Yo, primero desgracé los chorizos de cerdo. Después armé la salsa portuguesa. Finalmente, uní los embutidos con la salsita, dejándolos cocer unos 15 minutos. Herví arroz, por separado, y lo presenté en platos sencillos. Fue un manjar. Charlamos y, con lágrimas, me contó sobre la ruptura. Después, me ayudó a levantar la mesa.
Subo a mi blog esta receta porque puede alimentar no sólo el estómago, sino el espíritu y el vínculo entre padres e hijos. COCINAR, COMER JUNTOS, DIALOGAR…QUE BUEN PLAN. QUE SUERTE HABER APRENDIDO A PREPARAR CHORIZOS A LA PORTUGUESA.
Ya me voy a dormir. Pensaré en él, en Lucas, en la fragancia de ella; este primer amor que parte; mi próximo escalón (cumplir en unos meses años) y la nueva receta que, tal vez, postee.
Literatura, cine y gastronomía tienen mucho en común. Arte y comestibles, también. Feliz descanso. Compartan algo sabroso con sus seres queridos…si lo realizan con sus propias manos, mejor.
BUEN APETITO.
Gustavo, hoy chef sentimental y... papá.
4 comentarios:
Qué hermosa y eficaz lección de convivencia y amor entre dos "generaciones". Entender a los hijos es tan fácil... ser su amigo y saber ponerse en su lugar.
Me ha encantado, enhorabuena, Gus.
Abrazo a los dos
(sin el;)
¡Ternura total!
Me gustó mucho.
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