
Con ese filme y la palabra de Renán (grabada) abrí, en 1984, el ciclo TIEMPO DE CINE, en la Fundación del Banco Cooperativo de Caseros. Fue muy bien recibida. Luego, leí el libro y me conectó con un escritor que seguí con interés y curiosidad. Uruguayo, vital, poeta, deja un obra que merece ser descubierta por las nuevas generaciones (Mario tenía 88 años al fallecer) o releída por quienes ya nos acercamos a su mundo creativo. Montevideo, es otro hoy. Uruguay, es también distinto, sin los ojos y el corazón de Benedetti, auscultando su morosidad y destino, sus "tempos" y signos. G.D.
Despedidas . Página 12, del 18-5-2009
Por Eduardo Galeano
El dolor se dice callando. Pero me pregunto: ¿qué será de nuestra ciudad, sola de él? ¿qué será de Montevideo, mutilada de él? Y me pregunto: ¿qué será de nosotros, sin su bondad inexplicable?
Por Juan Gelman
Es indecible el dolor de su pérdida. Fue poeta, fue novelista, fue ensayista y, sobre todas las cosas, fue un hombre bueno. Nunca se doblegó ante el Poder. Su muerte deja el vacío grande que dejan los grandes. De su obra nacerán otros poetas, como él siempre quiso, y seguirá vivo en el tiempo. El ya no sufre, descansa ya.
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