Canción para Ana y Gus.
A ella, a él, se les caen
semillas de las manos
y antes de pronunciar
cualquier palabra
sus labios dicen: vida.
Adorables sin ser dioses,
tienen algo poderoso:
son amigos, son poetas.
La más bella música
que puedo albergar
en mi corazón,
la melodía que pide salir
con o sin alegría.
Siempre están rindiendo
homenajes,
desde las semillas,
desde la palabra,
desde el silencio,
desde las rondas
y otros milagros.
Puedo perder tanto
en el camino: fuegos
y cenizas, ríos
y tempestades, brisas
y abrigos, brújulas
y atardeceres rojos, barros
y surcos, libertades
y raíces, entonaciones
y voces;
pero a ellos, no;
a ellos, no.
semillas de las manos
y antes de pronunciar
cualquier palabra
sus labios dicen: vida.
Adorables sin ser dioses,
tienen algo poderoso:
son amigos, son poetas.
La más bella música
que puedo albergar
en mi corazón,
la melodía que pide salir
con o sin alegría.
Siempre están rindiendo
homenajes,
desde las semillas,
desde la palabra,
desde el silencio,
desde las rondas
y otros milagros.
Puedo perder tanto
en el camino: fuegos
y cenizas, ríos
y tempestades, brisas
y abrigos, brújulas
y atardeceres rojos, barros
y surcos, libertades
y raíces, entonaciones
y voces;
pero a ellos, no;
a ellos, no.
Letra: Patricia Morante.
Futura música: Miguel Tizziani.
Arreglos y correcciones: Ana María Oddo, Gustavo D'Orazio y Juan Carlos Ortega.
Interpretación: Triálogos, Miguel Tizziani e invitados sorpresa.
2 comentarios:
¡Qué hermoso!
Me he emocionado. Y comparto todo lo que dice Patricia: sois unos amigos adorables.
Un abrazo enorme y una sonrisa.
Enhorabuena por el poema, Gus.
Es como un abrazo, como una larga caricia.
Abrazos para los dos y para la autora.
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