Fueron mis amigos...Dos seres que supieron compartir sus universos; orientar a otros;
expresarse y crear. Los extraño.
Marta Cóccolo y Miguel A. Radic.
Dedicados al periodismo, el arte, la literatura, la comunicación y la educación, me hicieron un lugar en sus vidas.
Me abrieron su hogar, sus corazones y extendieron su sabiduría (humor y opiniones), en cada reunión amiga y tarea conjunta.
Hicimos muchas cosas a lo largo de nuestra amistad.
Lo que más disfrutábamos -al margen del trabajo en radio, publicaciones o en ámbitos de enseñanza- era la charla en torno a la mesa del comedor diario...
Allí nos cobijábamos, en pequeño, para hablar y reír sin parar. Para soñar y planear tareas.
Contarnos secretos y referirnos a la vida, en general; y a nuestros hijos, en particular.
Y aunque la casa fuera enorme, nos atrincherábamos en ese lugar cálido, mágico...
Partieron pronto. Sus despedidas fueron sorprendentes y afectuosas.
Siguen muy cerca...
ABRAZO, QUERIDOS AMIGOS.
2 comentarios:
¡Hermosa evocación! ¡Gracias! Pienso si alguien me recordará a mí, en las pequeñas cosas trascendentes, cuando no esté. Abrazo.
¡Cuánto enriquecen los amigos y cuánto se les echa de menos cuando nos faltan!
Emocionante y emocionado recuerdo.
Un abrazo, querido amigo Gustavo.
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