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He naufragado en un mar de recuerdos.

Ante el futuro incierto, busco en el presente
al que soy. Hoy ya no es ayer.
G.D.

Estar ROTO DE AMOR, duele.

G.D.

jueves, 6 de febrero de 2014

Pregunta

¿Cuánto tiempo hace que no subís a un carrusel?

No lo pospongas más.

Hacelo, si sentís ganas, pronto.

Hoy mismo. Buscá uno, bello. Si es de color marfil

y oro, mejor.

Luego, subite al caballito vestido y adornado para un desfile 

y acompañá cada giro, con tu mirada de niño, 

hasta que la sortija te sorprenda.

Regalate una vuelta más.

Después, 

despedite sin llantos.

Volvé a soñar y a elevarte por los aires,

a una velocidad inofensiva y… aunque te marees.

Agradecé el haberte atrevido a sonreír

y a esperar que tus padres -o abuelos- 

te tomen de la mano, camino a casa.

Repetí esta salida las veces que lo necesites,

las veces que lo desees.

No defraudes a tu corazón de niño.

G.D. 2014

3 comentarios:

María Socorro Luis dijo...

Que final sugerente para un poema encantador. Mantener el corazón de niño, con todos sus sueños y fantasias. Con su inocencia...

Besosdemedianoche, Gus

Daniel Buitrago dijo...

Precioso, Gustavo. Muchas gracias por compartirlo!

Un fuerte abrazo.

Carlos Ortega dijo...

¡Qué vital!
Me gusta. Y me siento en sintonía con el poema y contigo.

Una sonrisa.