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He naufragado en un mar de recuerdos.

Ante el futuro incierto, busco en el presente
al que soy. Hoy ya no es ayer.
G.D.

Estar ROTO DE AMOR, duele.

G.D.

viernes, 25 de febrero de 2011

Idea


La Voz Humana

Suena el teléfono y ella atiende, sin pensarlo. Un movimiento automático levanta el inalámbrico y acciona la tecla de encendido. Roja, titilante.
-Hola, sí…
Del otro lado, él desespera, enmudece y cuelga. No está seguro si volverle a hablar o no. Si despacharse con todo lo que estuvo pensando o no. Si confesarle su indignación o, simplemente, dejar que todo fluya, que la ruptura se cumpla, se concrete sólida y tajante; que la separación sea definitiva.
El no es Anna Magnani (actriz italiana) en “La Voz Humana”; ni Jean Cocteau (escritor) le dio letra.
Su monólogo será visceral, personal, único.
Recuperará las fuerzas y volverá a llamarla, a marcar el número que -por años- los unió en largas y cortas conversaciones. Apuradas, unas; agitadas, otras. Lo piensa y espera.
Ella, en su departamento, no hace caso al teléfono ni a la llamada inconclusa.
El, como una fiera enjaulada (ahora sí, salvaje como Anna Magnani), recorre su hábitat con un whisky en la mano y el celular en la otra. ¿Qué hará, finalmente?. Abandonado, engañado…

GUSTAVO D´ORAZIO - 2011

Nota:
Se hizo en teatro, en cine; en el mundo entero. Un texto soberbio, aún vigente. Muchas actrices quieren representarlo. Es un monólogo potente, dramático. Rossellini lo llevó al cine. Ingrid Bergman y "la Magnani" lo interpretaron. Grandes "nombres" lo repusieron. Hasta nuestro Humberto Tortonese -travestido- lo hizo propio. Sin embargo, por qué no trasladar, traducir, el monólogo a la verdad y los sentimientos de un hombre. Los hombres (no es cuestión de género)también sufren, lloran y padecen por amores contrariados. Es una idea que me inquieta: imagino al hombre en lugar de la mujer, sosteniendo las líneas que Cocteau diseñó para describir una ruptura..., constituye un auténtico desafío.
Rescaten ese texto teatral o vean las pelis realizadas. Se llevarán una sorpresa.
G.D.

4 comentarios:

Tolhuin dijo...

Excelente tu propuesta, Gustavo. Indudablemente sería un gran desafío. Vi una vez alguna de las películas (hace mucho tiempo) pero nunca pude conseguir el texto. Saludos.

Mar Cano Montil dijo...

Por supuesto, Gus, los hombres padecen igual, exactamente igual, que las mujeres una pena de amor, una alegría, un arrebato emocional...¡faltaría más! Lo que ocurre es que, por regla general (hay excepciones), os cuesta mucho más expresarlo y darles voz, pero el sufrimiento no es distinto.

Excelente texto y mejor propuesta.

Un beso, amigo.

Anama dijo...

Nada es casual. Estuvimos reflexionando Miguel y yo justamente en estos días sobre el rol del varón en el entramado social que nos toca sobrellevar. Mucho se habla, se escribe y se proclama sobre el lugar de la mujer y bueno es que así sea. Pero si somos dos, varón y mujer, para acoger el mundo y construir la cultura , el cambio de uno repercute necesariamente en el otro. Me sumo a la propuesta: repensar la cosa desde el otro ángulo. Aplausos, amigo.

María Socorro Luis dijo...

Que el hombre sufre penas de amor? Pues claro , estamos hechos de la misma materia y tenemos los mismos sentimientos.

Me gusta la propuesta. Abrazos.