Consuelo
Dios, recógenos al final de los tiempos
en un paseo universal,
de clase única
y con ángeles guardianes multicolores.
Donde la magia no culmine
y la luz brille eterna entre los ciegos
y la música entre quienes jamás la oyeron.
Dios, mécenos en una cuna de estrellas
con sábanas de flores
y puntillas de cielo,
hasta que la última trompeta
en un paseo universal,
de clase única
y con ángeles guardianes multicolores.
Donde la magia no culmine
y la luz brille eterna entre los ciegos
y la música entre quienes jamás la oyeron.
Dios, mécenos en una cuna de estrellas
con sábanas de flores
y puntillas de cielo,
hasta que la última trompeta
anuncie sus notas
y la espiral del tiempo
y la espiral del tiempo
recomience vigorosa,
a la espera de otro Génesis,
de otro paraíso terrenal,
sin pecado ni Apocalipsis
y donde el manzano no sea
un fruto prohibido.
a la espera de otro Génesis,
de otro paraíso terrenal,
sin pecado ni Apocalipsis
y donde el manzano no sea
un fruto prohibido.
Gustavo D´Orazio
1 comentario:
¿Un paraíso de vida eterna, sin enfermedades, sin dolor, sin pecado?
Yo no pido nada de todo eso. Ni necesito ningún consuelo. Con lo que ya me ha sido concedido me parece más que suficiente.
Prefiero, como decía Saramago, entrar en la nada y disolverme en ella, cuando me llegue la hora.
Mientras tanto, intentar llevar una vida lo más digna posible y disfrutar de ella.
Una sonrisa.
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