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He naufragado en un mar de recuerdos.

Ante el futuro incierto, busco en el presente
al que soy. Hoy ya no es ayer.
G.D.

Estar ROTO DE AMOR, duele.

G.D.

miércoles, 18 de noviembre de 2020

No gané. Participé. Investigué. Creé. Felicitaciones a los que se acercaron al Concurso!

Información

https://www.cultura.gob.ar/se-anuncian-los-ganadores-y-ganadoras-y-las-menciones-especiales-del-c-9771/





Matria Negra

 

Niña de Ayohúma

nadie debe ignorarte por más tiempo

 

Nadie debe silenciar tu doliente humanidad 

al socorro de soldados patriotas heridos

 

Negra Mujer

 

Valiente María Remedios del Valle 

Olvidada y rehabilitada

Corajuda argentina

 

Capitana solidaria en guerras de independencia 

en sueños rocosos

en áridas noches de muerte y llantos afiebrados

 

Enfermera austera

atenta al llamado agónico 

al exigido duelo

de tu propia historia

tu propio abismo tu propia raza 


Capitana Negra

Africana y Nativa

 

Olvidada y rehabilitada

Nadie puede omitir tu valentía 


Niña Mujer de Ayohúma


En América del Sur

tu nombre es símbolo de Libertad


Valle y río 

Piedra y cardo

María de los Ejércitos 

Madre de la Patria

 

Huérfana de homenajes 

Poseedora de ancestral fortaleza

 

Aún te distingues 

clara noble

en la historia grande del terruño amado 

de este territorio del fin del mundo 

liberado por Belgrano y San Martín

por sus ejércitos bravíos 

y tantos más

 

Soldados todos


Mujeres y hombres

confesos defensores de la emancipación sudamericana

 

Ya no te esclavizan Negra María 

burdos opresores de dudosa laya

 

La guerra terminó

Sigue la lucha Madre Negra 

Madre Parda

Y es por la Libertad



Viva la Matria 


Viva María

Niña de Ayohúma

María Remedios del Valle


(R) GD-2020


Algo debía hacer, compartir, en esta Pandemia

 .gdnwesletter20/II


Escribo lo que no puedo silenciar.
Son las palabras las que llaman a mi puerta. Están dispuestas a todo. Por eso no callo. GD


Relato
La oveja gris


Dante fue feliz en medio del establo, pese a las crueldades de la guerra europea. Con nieve, sin ella, crió animales y jugó como tantos niños, acurrucado en la alfalfa que recogían sus mayores, a la sombra de uniformes enemigos, controlándolo todo.
No fue a clases, no aprendió a leer ni a escribir pero, al igual que otros pequeños de la región, sonreía y trabajaba hasta lo que su metro diez de altura le permitían.
Dante paseaba su pureza y una rara bondad entre los campesinos alegres, a veces; preocupados, casi siempre. Inspirado por mujeres fuertes, como su madre, se asombraba al verla hacer tanto, infatigable, desde la madrugada. Capaz de sembrar y arar, ser partera, confeccionar ropa, cocinar para un batallón e ir a misa, también, recordaría de adulto cómo Ana, su longilínea mamma, se supo plantar ante los alemanes y decirles que no matarían a la oveja gris, compañera de su hijo. 
Es que esa oveja, relataría siempre, Dante, "era abrigo, amiga, guía y esperanza. Y a la esperanza no puede asesinársela". 
"Cuando bestias humanas destruyen familias y tierras, dirá, quemándolas y abandonándolas; cuando el horror había llegado al límite de la locura y la guerra estaba por terminar, debíamos resistir más que nunca".
"De ese precipicio resucitamos", aclaraba. 
"Mi oveja murió de vieja, en mis brazos. Como mi mamma", contará en alguna larga sobremesa de este siglo convulso; con establos de alfalfa y niños lastimados en medio de guerras sofisticadas e igual de mortíferas. 
"Hay que salvar ovejas, recuérdenlo", decía. La esperanza no se asesina", aconsejaba.

GD





viernes, 13 de noviembre de 2020

Esos gatos... Ay, Silvina!

 Relato

.....
Felinos y un par de pantuflas 
marroquíes gastadas

Dos gatos la despidieron en su velatorio. Llovía. El resto... solo texto, apellidos para el obituario de La Nación; presencias visibles por la marca de sus ropas europeas.
...
Vuelvo a los ilustres desconocidos.
Ambos se refugiaron por largo rato bajo el féretro suntuoso, de manijas doradas y un tallado rococó, digno del Louvre.
Ese tiempo final (felino) concluyó cuando, aburridos de tanto canapé francés, dejaron de lamerse y partieron sin paraguas y... a las carcajadas.
Bueno, es literatura. Sonrientes y satisfechos, entonces.
...
Ya no diluviaba sobre Buenos Aires. Las flores llegaban para S.O.: Silvina Ocampo. Blancas, rosadas y encintadas, todas, en un morado furioso. Ordenadas, pulcras e inútiles, lucían para una dama extremadamente original.
Finalmente, Bioy no la acompañó hasta el cementerio de la Recoleta. Su fragilidad lo detuvo cerca, muy cerca. Alojado en su histórico piso, inició una partida de ajedrez en silencio, algo tembloroso.
...
"Beau vieil homme".
Bello anciano, al decir secreto de su mujer.
...
La mortaja que vistió a Silvina fue de un blanco viejo, como su apellido y abolengo. Yo la vi. Ella había elegido el color negro, pero... no se lo permitieron. Es de vampiresa, le dijeron. Silvina, no comprendió. El Alzheimer le tradujo lo que quiso o pudo. Bueno, dijo ella con voz y mueca de nena. Para otra ocasión, será.
...
Pobre Silvina. Vivió 90 años. Justo lo que ella no quería. Ser más fea y arrugada que él: ese dandy infiel y seductor. Digna de un personaje de su propia imaginación, así concluyó sus días de literata.
...
Lástima que nadie te escriba, Sil, en estos días fríos de agosto.
Por eso lo he hecho yo, O' Field querida.
...
Mañana pasaré por el panteón a saludarte. Tengo novedades de la familia. Se están disputando todo, hasta tus pantuflas marroquíes con lentejuelas gastadas. "Misérable", dirías.



GD-2018
Ampliado en julio de 2020