Una tormenta derribó al viejo árbol de Ana Frank, en Holanda (24-8, ANSA)
Un enorme y centenario árbol, de lo poco que la joven Ana Frank podía ver desde la única ventana que tenía en la habitación donde se ocultaba de los nazis, fue abatido ayer por las ráfagas de viento y la lluvia que afectan a la capital holandesa, según informaron en el museo que recuerda a la chica víctima del Holocausto.
Sólo quedó un metro y medio de tronco. El resto del castaño está esparcido por el suelo, aunque nadie salió herido ni hubo daños materiales de importancia. “Alguien gritó ‘¡se cae! ¡el árbol se cae!’, y después lo oímos caer”, contó Maatje Mostart, vocera del museo.
En 2007 se inició una campaña global para salvar el castaño , conocido como el Arbol de Ana Frank, después de que funcionarios de la ciudad dijeran que representaba un peligro para la seguridad de los ciudadanos. Tras una larga batalla judicial, al final no fue derribado. El árbol de 150 años sufría problemas de hongos y polillas que causaron que más de la mitad de su tronco se pudriera. Con varias toneladas de peso, había sido rodeado de un sistema de apoyo de acero, pero se rompió debido al fuerte viento.
Junto con su familia, Ana huyó de los nazis y tuvo que mudarse a Amsterdam. Se ocultaron en un viejo edificio del centro de la ciudad cuya puerta estaba escondida tras una estantería. Vivieron ahí durante la ocupación alemana, desde el 9 de julio de 1942 hasta el 3 de agosto de 1944, cuando fueron capturados.
Ana, su familia y otras cuatro personas que se ocultaron allí no podían hacer ruido y las ventanas estaban veladas. Sólo desde una, en el altillo, podían ver las ramas del árbol ahora caído. A través de sus cambios, Ana seguía el paso de las estaciones, detalle que aparece en su diario.
Del Diario de Ana: Sábado, 13 de mayo de 1944
"Mi querida Kitty: Ayer fue el cumpleaños de papá, papá y mamá cumplían 19 años de casados, no tocaba mujer de la limpieza y el sol brillaba como nunca. El castaño está en flor de arriba abajo, y lleno de hojas además, y está mucho más bonito que el año pasado.".
Desde la Argentina, un refugio para quienes deseen indagar en el imaginario de un amante de la palabra... Literatura, periodismo; fusiones e invenciones en un océano virtual que jamás pensé integrar.
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He naufragado en un mar de recuerdos.
Ante el futuro incierto, busco en el presente
al que soy. Hoy ya no es ayer.
G.D.
Estar ROTO DE AMOR, duele.
G.D.
3 comentarios:
Esta noticia me impresionó especialmente, Gustavo, pues desde que conocí a Ana Frank, allá por mi adolescencia :), es "alguien" que forma parte de mi vida de manera especial. Los adolescentes con los que trabajo aprenden a amarla a través de su diario, el único legado que pudo dejarnos Ana.
Cuando me acerqué a la historia de los Frank por vez primera, a través del diario de Ana, recuerdo que lloré como si se tratara de alguien muy cercano, quizás una hermana. Tuve tal congoja, que estuve días pegada al libro, sin querer hacer nada más.
Hace cuatro años, en una de esas noches estivales de insomnio, me puse la tele, y ví el diario de Ana en película... No dormí el resto de la noche y lloré de nuevo con tal intensidad que Juan, mi marido, se alarmó bastante y me dijo que la próxima película que quisiera ver sobre nazis y la segunda guerra mundial, la veríamos juntos o nada, y por supuesto, nunca por la noche ;)
Desde aquel momento, me propuse rendirle alguna clase de homenaje, escribir algo para ella, y enviárselo al Arcoíris...
Si quieres, Gustavo, y te apetece leer el cuento que inventé para Ana y su hermana Margot, puedes leerlo aquí:
http://marsolana.blogspot.com/2009/09/la-mision-de-pablito.html
Además, ayer mismo dejaba este comentario a una amiga:
"(...)Hace pocos días, el castaño que sirvió de consuelo a Ana Frank durante su cautiverio, antes de ser apresada por los nacis, fue abatido por una fuerte tormenta. Ana conversaba con él y el castaño le hablaba de la eternidad y del suceder de las estaciones... :("
Un fuerte abrazo, querido amigo y mil gracias por tu sensibilidad.
Agrego a mi credo: ...creo en los periodistas (bloggers) que tienden puentes y caminos...
Gracias, Gustavo, por este espacio y por tus comentarios, siempre gratificantes. Un abrazo
Hace años visité la casa museo de Ana Frank. A medida que iba pasando por las estancias en las que vivió aquella familia el nudo en la garganta me acongojaba más y más. Al final de la visita pude ver algunos vídeos sobrecogedores. Te aseguro que la estancia en Amsterdam pasó a tener otro cariz.
Un abrazo fuerte.
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