“Siempre he dependido de la bondad de los extraños”
“Un tranvía llamado deseo”, de Tennessee Williams.
Pronto se estrenará en Buenos Aires una nueva versión de "Un tranvía...". Esta frase, remarcada y valorada en la peli de Almodóvar, "Todo sobre mi madre", gira desde hace tiempo por mi cabeza.
¿Cómo nos relacionamos con el otro?
Ante el desconocido. Ante el extraño. Qué es uno, qué es el otro, qué somos todos. Es posible confiar, confiarse, confesarse; pedir, recibir de ese que es un extraño...
ESPERO OPINIONES.
Por mi lado, he pasado por períodos en donde no visualicé "extraños", cerrándome e impidiéndome ese encuentro o diálogo. Hace un tiempo que la bondad de los extraños me conmueve, me acaricia, me fortalece y me sorprende. Gustavo.
5 comentarios:
Muy interesante este enfoque.
Necesitamos a los otros como referencia, para tener la certeza de uno mismo.
Un saludo.
Los extraños suelen dejar de serlo cuando nos fijamos en ellos y les dedicamos unos cuantos ratos. Cualquier gesto cálido los hace mucho más cercanos de lo que suelen ser muchos conocidos que nos rodean a diario. Y la blogosfera es esa área de encuentro en la que los extraños tienen un punto de familiaridad que desaparecería fuera de ella tal vez. O quizás no.
Me ha dejado muy pensativo tu reflexión. Un fuerte abrazo.
Totalmente de acuerdo con tus reflexiones. No hay extraños, solo desconocidos hermanos.
Un abrazo muy muy fuerte y cómplice.
Todo el mundo tiene algo que aportarnos, y nosotros tenemos algo que aportar siempre a cualquiera.
Este intercambio enriquecedor nos hace vivir con mayor plenitud, crecer, mejorar...
Bienvenidos los extraños, y que dejen de serlo.
Una sonrisa.
La bondad de los "extraños" es la confianza en personas de gran talla, que por supuesto, dejan de ser extraños en cuanto te "arrojas" sin miedo a sus brazos...
Es cierto que hay casos que, por desgracia, te decepcionan profundamente, aquellos que te hacen dejar de creer en el ser humano una y mil veces... Sin embargo, confiar en personas que nos muestran sus gestos de cariño es una muestra de amor y coraje y creo que merece mucho la pena...
Por mi parte, siempre he recibido más gestos de amor de los extraños que de mi propia familia, yo ya no creo en las chorradas de la sangre :( Gustavo.
Un fuerte beso, amigo.
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