Vuelvo

Han sido éstas unas vacaciones más breves, comparadas con las de otros años.
El descanso es necesario. Aprender a relajarse, a recuperar el tiempo libre, fundamental para retornar renovado. Cuesta, para alguien muy activo, desconectarse. Pero lo he logrado. Días cansinos, sin horarios, con espacio para contemplar el cielo…y recordar, reír y dialogar sin apuros.
Tardes destinadas a caminar, a tomar trenes sin rumbo predeterminado, a escuchar música y dormitar bajo el sol. Releer algún poema y ver cine. Alejarse de las noticias diarias, pensar en lo realmente profundo de la vida, regresar a la casa paterna y acariciar hojas y flores…
Un comienzo de año sereno y recoleto. Un 2011 que espero transitar con calma y alegría, novedades y tareas que amo, como enseñar y comunicarme.
Vuelto al trabajo puntual, con el ritmo del verano, claro, quedan huecos, todavía, para seguir deleitándome con algunos paseos y encuentros. Mientras, hay que planificar acciones y tareas por venir. De todos modos, no puedo dejar de señalar que en estas vacaciones, la desaparición de María Elena Walsh puso una nota de dolor (en 2001, gentilmente, le dedicó un poemario a mi hijo Lucas, con esos ojos celestes intensos, únicos; también la recordé no sólo por sus canciones, sino por haberla visto actuar y cantar en el Teatro San Martín, allá por 1979. Un legado brillante, inteligente, que crecerá con el paso del tiempo. Hasta siempre María Elena).
La novela Sunset Park, de Paul Auster, me pareció bien escrita. Con una estructura sólida, en la técnica empleada, en el dominio de mini-historias, de temas, de articulación interna (erudición pura de Auster); un eje/un personaje que descorre miserias y penas de seres infelices (?), y el gran planteo central/final, que invita al lector a preguntarse acerca del perdón y el perdonarse. No es poco. Sin embargo, Sunset Park, es tan tibia y lejana en sus emociones, tan pulcra, tan medida y conservada que no conmueve. Provoca un encantamiento que cuando el final está por llegar, desilusiona.
El cine me permitió estar con mis hijos (vimos la tercera parte de las Crónicas de Narnia; muy entretenida) y, en soledad o acompañado, confirmarlo como una pasión insustituible. Terminé de ver la Trilogía de Millenium, producción sueca, basada en las novelas de Stiegg Larson, con actuaciones de Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander; esta última como la hacker que descubrirá (y padecerá en carne propia) los avatares de un mundo complejo, atravesado por la política, la corrupción, la violencia y la mentira.
Otros títulos completaron mi actualización cinéfila: las argentinas Paco y Por tu culpa; El concierto, Skyline, Mi familia (con Annette Bening, en un planteo de familia con dos mamás, muy bien presentado), LA RED SOCIAL (multipremiada, camino al Oscar…aunque, me atrevo a expresarlo, más allá de sus aciertos y amplísima difusión, no me convenció por su ritmo y el “destape” de una universidad como Harvard, donde -según el guión- únicamente parecen haber fiestas y derroches, sexo y videos, bailes, dinero y computadoras (?). Vi, Enterrado…etc. Series: The big bang theory, Christine y otras de Warner que destilan ingenio.
Apenas escribí algunos apuntes. Fue más poderoso el atractivo del sol y el verde que mi agenda, la PC, las revistas y …
Sí visité amigos y familia, después de los días caóticos de las Fiestas. Más reposados (todos), volvimos a conversar y a escucharnos, sin brindis ni regalos impuestos.
A Uds. no los olvido. En pocos días habrá nuevas actualizaciones. El blog, es un espacio de encuentro y comunicación que valoro y cuido. Abrazos cordiales.