PATERNIDAD II
Crecen y cambian.
Yo también.
Menos raudo, más añejo,
los observo y recuerdo sus modos.
Sus pequeños cuerpos, en mis brazos.
Se parecen. Son ellos:
cambiados y crecidos.
Soy yo:
aquel padre joven,
hoy más viejo, igual de próximo,
aunque no lo descubran,
ni reparen en ese dato amoroso,
que hace a nuestras vidas
una y muchas.
Vuelta de página.
Vuelta de página,
para verlos y verme:
crecido y cambiado,
igual de próximo.
GUSTAVO D´ORAZIO - 2011
4 comentarios:
Bello y sentido poema. Y sincero.
Te deseo lo mejor en la relación con tus hijos.
Un abrazo.
Tierno y realista. Provoca ganas de abrazar cada etapa de la vida de los hijos y con ella, la nuestra...
Gracias a tu poema puedo imaginar mejor esa sensación tan difícil de explicar, la del padre que no puede, por razones obvias, coger a sus hijos en brazos como cuando eran pequeños y darles cariño de aquella manera.
Un abrazo.
Me gusta tu poema y me siento identificado.
La paternidad y el tiempo: dos universales que nos conmueven.
Una sonrisa.
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