PENULTIMA MORADA
Tibia aún
olerá a mí
como el último recuerdo.
Tibia aún
olerá a mí
como el último recuerdo.
Mi silueta
habrá quedado estampada en su fibra.
Un inexplicable e indigno sudario
que, al día siguiente, será enjuagado en LAVE-RAP automático,
purificando para siempre de pecados
los genes dispersos del que fue y ya no es.
Luego, esa sábana almidonada
-con perfume tecnológico-
será doblada sin rastro ni olor humanos;
perfecta en su textura de lino fresco
volverá (suave) al placard de aglomerado.
Gustavo D´Orazio
2 comentarios:
Un buen poema. Aunque suene angustioso.
Un fuerte abrazo, amigo.
Coincido con Juan Carlos, transmite belleza y angustia, y también distanciamiento, entrega a lo inevitable. Pero mientras tanto la vida es aquí y ahora y está la poesía y los poetas y los amigos y el arte y el buen vino. Brindemos por este mientras tanto que nos toca y disfrutemos nuestro perfume impregnado en las sábanas.
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