Hojas amarillas
Escribo
en papel envejecido. Como mi rostro, está lleno de pliegues y olvidos.
El
bloc es de Camilo Canegato. Un ser insignificante y atractivo.
Yo,
que limpiaba La Madrileña, y que nunca había estado con un hombre, lo espiaba.
El
asesinato de la señorita Marta y la presencia policial alteraron el silencio de
la casa.
Después
de esa muerte impensada, confieso haberme escondido unos días.
Recuerdo,
perfectamente, la tarde en que ingresé al cuarto de Camilo y tomé este bloc y una
de sus corbatas. De la dueña del pensionado, sólo un vestido azul. Elsa Juárez,
pensé, puede ser una dama.
Triste,
me marché de allí para seguir sirviendo a otros.
Aún
me parece verlo; ensobrando cartas que, más tarde, él mismo recibiría para
intrigar.
Por
eso escribo yo. Porque Camilo soñó despierto una historia de amor.
Imagino
que sus manos me acarician; pero no terminaré enviándome notas que confirmen la
soledad en que me encuentro.
Si
su sueño fue Rosaura, el mío llevará como nombre Camilo.
Gustavo D´Orazio - 2017/ Microrrelato antologado en el Homenaje a Denevi, editado por la Municipalidad de Tres de Febrero. El libro será presentado el 12-5, a las 19, en la SALA R. ARLT, Pabellón Amarillo.
2 comentarios:
Hermoso, doliente, muy logrado el efecto de la que espía, se esconde y solo se siente digna en la intimidad, cuando no es vista ni mirada. Aplausos, poeta.
Enhorabuena, Gus. Desde España, mi abrazo
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