"No pienso en la miseria sino en la belleza que aún permanece”.
Ana Frank
"No puedo yo quedar paralizado ante la destrucción o la pérdida, hoy".
Tras los bombardeos y la muerte, concluida la Segunda Guerra Mundial, mi abuela (una joven, entonces) y su familia barrieron veredas y calles y plantaron flores.
"Había que resucitar y esperar el milagro... Pero, ayudándonos y aguardando que la esperanza tuviera sentido", me relató serena.
Por eso las flores. Allí estaba el sentido. En las flores.
En la espera. En volver a ver vida y colores, algún día, en medio de la destrucción total.
Amelia, mi abuela, vivió en la Argentina más tiempo que en Italia. Los jazmines me recuerdan esta historia y su jardín de rosas, inexistente ya.
Gustavo D'Orazio - 2018
Desde la Argentina, un refugio para quienes deseen indagar en el imaginario de un amante de la palabra... Literatura, periodismo; fusiones e invenciones en un océano virtual que jamás pensé integrar.
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He naufragado en un mar de recuerdos.
Ante el futuro incierto, busco en el presente
al que soy. Hoy ya no es ayer.
G.D.
Estar ROTO DE AMOR, duele.
G.D.
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