Betty está por jubilarse. El día llegará pronto. Los boleros de Luis Miguel, sus uñas rojas y la antigua máquina de escribir, se irán con ella.
En la oficina, ya no se hablará de Steven Seagal y Yackie Chan. Las series Nikita y 24, pasarán al olvido.
La recordaremos por un tiempo.
La despediremos con una fiesta sorpresa, en un salón infantil, adaptado para la ocasión. Boleros de Luismi la volverán joven, romántica y apasionada.
La máquina de escribir eléctrica -que ella cuida y ama-, más los útiles de oficina que regatea y distribuye cada mes, serán reunidos en una piñata gigante, para deleite de los invitados.
Ahora sí, hablaremos de River y Boca sin que ella se enoje, excitada por Independiente.
Escucharemos la música endiablada que deseemos (¡Pavarotti, Celine Dion…OUT!) y aboliremos el uso de la Olivetti.
Diremos: ¡Sí a las computadoras y a la distribución de útiles!. ¡No a la reserva de materiales hasta que, vencidos, aparezcan vírgenes sin habérselos usado, jamás!.
…
¿Qué dirá la familia cuando descubra su humor matinal y la vea deambular por las habitaciones sin saber qué hacer, a quién seducir con sus uñas rojas, polleras al viento y esos súper escotes que los vendedores elogiaban al ofrecerle sus chucherías chillonas, de acrílico pintado?.
…
Adiós Betty. Ya otros te seguiremos.
¿QUIEN NO SE JUBILARA UN DIA?.
® Gustavo D´Orazio
En la oficina, ya no se hablará de Steven Seagal y Yackie Chan. Las series Nikita y 24, pasarán al olvido.
La recordaremos por un tiempo.
La despediremos con una fiesta sorpresa, en un salón infantil, adaptado para la ocasión. Boleros de Luismi la volverán joven, romántica y apasionada.
La máquina de escribir eléctrica -que ella cuida y ama-, más los útiles de oficina que regatea y distribuye cada mes, serán reunidos en una piñata gigante, para deleite de los invitados.
Ahora sí, hablaremos de River y Boca sin que ella se enoje, excitada por Independiente.
Escucharemos la música endiablada que deseemos (¡Pavarotti, Celine Dion…OUT!) y aboliremos el uso de la Olivetti.
Diremos: ¡Sí a las computadoras y a la distribución de útiles!. ¡No a la reserva de materiales hasta que, vencidos, aparezcan vírgenes sin habérselos usado, jamás!.
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¿Qué dirá la familia cuando descubra su humor matinal y la vea deambular por las habitaciones sin saber qué hacer, a quién seducir con sus uñas rojas, polleras al viento y esos súper escotes que los vendedores elogiaban al ofrecerle sus chucherías chillonas, de acrílico pintado?.
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Adiós Betty. Ya otros te seguiremos.
¿QUIEN NO SE JUBILARA UN DIA?.
® Gustavo D´Orazio
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