CONOZCAN LA POESIA DE ANA MARIA ODDO. HOY, SABADO 3 DE JULIO, PRESENTAMOS SU LIBRO "LA GOTA QUE HORADA LOS SUEÑOS". INGRESEN A: WWW.BOCAQUEVUELA.BLOGSPOT.COM. EL QUE SIGUE, ES EL PREFACIO A SU OBRA. SU GENEROSIDAD HIZO QUE, EN FEBRERO Y MARZO DE ESTE AÑO, YO TRABAJARA EN EL. FELICITACIONES ANA, Y GRACIAS POR TU AMISTAD, EL INTERCAMBIO Y...LA POESIA QUE NOS UNE.
Texto Inicial
“La literatura es un tejido. Si algún punto falta, queda un agujero”. Juan Gelman -que de tramas y palabras, algo conoce- acierta en el paralelo que traza entre literatura y tejido. Es que crear implica una entrega dinámica, progresiva y precisa. Los puntos no pueden quedar flojos, ausentes o encimados. Las palabras, las emociones no pueden amputarse o superponerse. Es lo que consigue Ana María Oddo al “horadar en sus sueños”: una continuidad estética con hiatos de pasión y sutiles interrogantes (tensiones), sobre la existencia, el amor y el destino último.
I- “La gota horada la piedra, no por su fuerza, sino por su constancia” (Ovidio); Oddo, esculpe sus textos a fuerza de sensibilidad y observación. Describe -borda- un mapa íntimo, que comparte y expone sin desnudar la cifra que el lector deberá develar, descubriendo los átomos de la tematización que corporizan a Ana como escritora.
Imágenes bellas y fuertes (“noches coaguladas en crepúsculos ardientes / soles derretidos en chorros de vapor”) construyen poesía con un lenguaje puro y penetrante.
Sensaciones de mujer, la aproximan a la caligrafía de la nicaragüense Gioconda Belli. “Soy la que seré”, afirma Oddo; “caminar / dormir / amar al fin / de cuerpo entero / y respirar / la desnudez del aire”, agrega en sus ajustados versos. Belli, por su parte, dirá: “Estoy viva como fruta madura / dueña ya de inviernos y veranos (…)”; son voces femeninas que se funden en imaginarios potentes y propios, semejantes e inquietantes.
II- Ana María nomina acontecimientos secretos (internos, sumergidos) de modo sereno; es menos tempestiva que otras miradas contemporáneas. Ausculta el mismo mundo con arte maestro, meditado y personal.
El agua y los sueños fluyen como música de una partitura concluyente. Son habilidosos puntos en un encaje sobrio, pudoroso.
Ambos: el agua y los sueños, constituyen el elemento del presente libro. Un trabajo que no abunda ni reitera imágenes (sentidos), pero sí caracteriza la letra y el pensamiento de Oddo; preocupada, también, por destacar valores perdurables, frías cobijas del presente (¿la tecnología, la sobreinformación?) o seres destinados a calmar nuestra desesperanza terrena (“Cuando las gentes vienen marchando / son ángeles que anuncian / tu pequeñez y la mía / el tiempo en vilo / ya sin márgenes para derrotas”).
El verso no es inocente
III- “La poesía es un árbol sin hojas que da sombra”, afirma Gelman. La poesía de Ana es eso: compañía, reposo y… cuestionamiento, en un complejo equilibrio de paraísos e infiernos, donde el hombre y la mujer son los protagonistas: el centro de todo, la fantasía y la realidad.
Hölderlin se preguntaba ¿“para qué poetas en estos tiempos mezquinos y miserables”?. Para expresar lo injusto, resaltar lo hermoso y atenuar el dolor del alma.
Oddo, como alguna vez lo expresara la exquisita actriz Audrey Hepburn, “camina con el convencimiento de no estar sola”.
Sabe de los desafíos de la vida, prueba en borradores que luego pule, conquistando, así, lectores dispuestos a soñar y a celebrar el instante -la existencia en todas sus dimensiones- junto a la poeta.
¿Qué sería del autor sin lectores?. Dejaría de ser, de existir. Seamos lectores, entonces, de Ana María.
Gustavo D´Orazio
2 comentarios:
Excelente prólogo. Ya me hubiera gustado tener un buen amigo como tú, para prologarme.
Afortunados ambos.
Ojalá hubiera podido estar allí. ¿Me contarás qué tal fue?
Cuando te apetezca puedes escribirme a mi correo electrónico. ¿Cómo iba a incomodarme?
Nuevas conexiones. Seguro que aún quedan otras por descubir.
Un abrazo.
De acuerdo con Juan Carlos, excelente prólogo. Tuve la fortuna de estar en ese encuentro mágico y disfrutar de la poesía de Ana y de las palabras, susurros, canciones y músicas de sus amigos. Un verdadero conjuro... ¡Así da gusto! Un abrazo.
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