"Podemos armar nuestro pesebre para recordar y profundizar su mensaje o dejarlo como adorno y caer en la fiebre consumista que ha hecho de la Navidad una caricatura y terminar festejando sin darle un lugar a Jesús, borrachos e indigestados por los excesos gastronómicos".
"Hacerle lugar al pesebre es hacer un lugar a Dios para que vuelva a nacer en nuestro corazón. No es solo pensar en dónde, con quién, o qué vamos a comer o a regalar. Es hacer que Jesús sea el centro y el pesebre, nuestra vida".
Guillermo Marcó
1 comentario:
Todo es compatible. En su justa medida. Regalos, compañía, introspección, buen comer y buen beber, Navidad, recuerdos, melancolía de tiempos pasados, de navidades pretéritas.
Feliz Navidad!
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