Has
vuelto. Oh, Jesús…
Padre
Nuestro, has vuelto
porque
el crucifijo de plata
-esa
reliquia doliente-
se
ha posado, una vez más,
sobre
mi cuerpo,
en
mi cuello.
Oh,
Señor Jesús, Padre
Mío;
te he recuperado, me has aceptado.
te he recuperado, me has aceptado.
Gustavo D´Orazio - 2012
Reservaba este poema minúsculo (tal vez místico) para un momento especial. Ayer, 13 de marzo, las campanas de la Iglesia de Santa Juana de Arco, en Ciudadela, Bs. As., Argentina, interrumpieron mi breve descanso anunciando que contábamos con un nuevo Papa. Promediando la tarde, supimos que era Bergoglio, un connacional. De ahora en más, Francisco. Que el Santo de Asís, lo ilumine.
Observo en su sencillez un mensaje de simpleza y profundidad que la Iglesia debe recuperar y comunicar.
La humanidad toda necesita volver a creer, a confiar, a compartir y a convivir; a orar y construir -por la paz- un presente más amplio y solidario, que cuide la Vida priorizando lo sensible, urgente y justo en un mundo que parece perecer al debatirse -y sumirse- en zonas oscuras y posturas destructivas.
2 comentarios:
Creo que hay motivo para la esperanza.
Jesuita tenía que ser...
Abrazo,
Gustavo,
Que bueno encontrarte por acá, y leerte. Tengo de vos los mejores recuerdos, una gran persona con todas las letras.
Saludos, espero tener la oportunidad de hablar nuevamente con vos.
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