Ensayo de reconciliación
Es la pérdida de aquéllo
lo que malgasta mis
días.
¿Cómo comprender lo
explícito
cuando es lo oculto
lo que más preocupa?
Origen y fin de una
hora.
De un mirar. De un
rozar.
De un decir sin habla,
ni lenguaje
más que el del
silencio ominoso
que es capaz de
gritar
hasta transformar en
alarido
la mueca inmerecida
e impensada
que distancia
y evita toda
reconciliación.
G.D. - 2016
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