¿Quién es el mar, quién soy?
Lo sabré el día ulterior que
suceda a la agonía.
Jorge L. Borges
Si oyes gritar
el grito será mío.
Incontenible, ya,
sobrepasará el verbo de las voces
y tornará audible el gemido de los incompletos,
de los últimos.
Desparramará fluidos -pestilentes como nunca-,
exponiendo un "yo" enajenado,
diferente al sentenciado por ropajes que lució
y méritos que supo recoger.
Manifestando un ser indecoroso,
como jamás fue, ni buscó serlo,
renunciará a las rosas
por las espinas clavadas.
Desde un rostro plácido,
desde un fino surco de vida
(vacío de apuestas),
compuesto por sales y bañado por agua,
será sólo "eso":
sales y agua.
Gustavo D´Orazio (R)
2 comentarios:
mezcla noble, parto de sirena
otro grito, fénix queja
¿Dónde el pescador?
¿Dónde la retama?
Madre siempre, corte al centro
media medalla laberíntica
inevitable
esperanza.
Ergasto
Hermoso poema, Gustavo, fuerte, conmovedor, profundo. ¡Gracias!
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