ESCRITURA
Aunque se empeñen en tildarnos
de aportantes inútiles,
críticos y editores
consumidos
por su propio fuego,
en su propio juego.
Escribo desde los 6.
A las 6, muchas veces,
releo lo escrito;
premiado, publicado, ignorado.
Yo pecador,
buceador,
narrador, poeta;
efímero letrista,
seguido desde un blog.
Antologado y omitido,
elogiado y minimizado,
editado y olvidado,
escuchado y elogiado.
Pecador.
Lector, primero;
estudioso, después;
escribiente al final.
Uno más
en la trama vastísima
de esta literatura mínima,
que vive y fallece
sin saber sobre su destino.
(R) Gustavo D´Orazio
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