Lo que se tiene

a. b. e. c. e. d. a. r. i. o.

Somos otro siempre.
El mismo hasta el fin de nuestros días. G. D´Orazio


La poeta argentina, DIANA BELLESSI, publica "Poesía Reunida". No soy un conocedor profundo de su obra, pero el material correspondiente al inédito TENER LO QUE SE TIENE, me hizo repensar mi territorio y el espacio que en él ocupo.
En una entrevista reciente Bellessi, afirma que, "finalmente uno hizo lo que pudo y tiene lo que tiene".

Cuando yo era más joven, deseaba x, a, b y z. Poseía n y j. Con el tiempo, otras letras del abecedario me dieron paz, alegría, enojos, risa, llanto, deseos, ilusiones, pérdidas...
No es cuestión de conformarse porque sí. Hay que salir al mundo. Romper el caparazón y ver. Probarse. Quemar las velas, si uno se anima...pero también centrarse y comprender (a tiempo) que no siempre se obtienen las consonantes pretendidas.
Muchas veces, con pocas vocales se puede, de todos modos, amar y ser amado.
Aprender a contemplar los logros y "vivirlos" sin apuro, confirma que no somos un sujeto inconformista.

La permanente búsqueda impide el disfrute. Diana Bellessi nos dice, apostando a su presente, soy lo que soy, tengo lo que tengo y desde allí construyo.
Miremos a nuestro alrededor. Veamos las consonantes y vocales conquistadas. Lo vivido. Los errores y los aciertos. Cuidemos lo que somos. Sin egoísmos. Tendiendo la mano, sin dolores permanentes o muecas de enojo por lo no realizado o lo padecido.
Llega un tiempo en que el balance señala "existencias", tanto del debe como del haber.
Si bien siempre habrá mucho por hacer, por crear, es también sano (y esperable)aquietarse y comprobar el itinerario seguido desde la infancia, la juventud, la etapa de adultez más productiva y exigida... y sonreír por estar vivos, plenos y tornarnos agradecidos.

Si el saldo de nuestra existencia no es el que esperábamos: intentar cambios. No situarse únicamente ante lo material; analizar aquéllo sin olvidar la salud, los viajes, los afectos, lo bello comprendido, la luz de cada mañana y el legado: ese abecedario que crecerá sólo si lo hemos podido compartir.
Demorarse en lo que se tiene, lo que se es...y desde allí partir y volver.
Bucear, descubrir y retornar. Conocernos y pensarnos según nuestro propio mapa, no el del otro; con sus fronteras, planicies y cimas.
Somos otro siempre, el mismo hasta el fin de nuestros días.
El reposo, el silencio, pueden ser sabios consejeros.

MIREMOS TODAS LAS LETRAS DE NUESTRA VIDA. EN ELLA UN ABECEDARIO INCOMPLETO AUN ESPERA LO MEJOR DE NOSOTROS MISMOS, PERO TAMBIEN UNA CARICIA POR LO ALCANZADO.