¿La nueva televisión es vieja?

La TV análoga, en EE.UU., ya es pasado

Más de dos millones de hogares, en los Estados Unidos, están viendo pantallas en blanco…es que el 12 de junio los canales del país apagaron -para siempre- sus transmisiones de señal análoga.

La transición al servicio digital generó, en EE.UU., apuradas compras (de última hora) para poseer los adaptadores que el nuevo sistema exige.
El corresponsal de la BBC en Nueva York, Greg Wood, dice que las autoridades vienen instando a los televidentes a comprar los adaptadores o nuevos receptores para no perder la señal y quedar sin ver televisión.
Además de los anuncios publicitarios, el gobierno de Obama, emitió cupones gratuitos de US$40 que cubren el 50% del costo de las cajas adaptadoras, que asciende a 80.
En total, las autoridades, invirtieron US$2.000 millones para llevar a cabo una transición ordenada y amplia, que impacte lo menos posible en los bolsillos flacos de miles de hogares americanos con escasos recursos para este destino.
Sin embargo, de acuerdo a la Comisión Federal de Comunicaciones, todavía hay 2,2 millones de familias que no pudieron acceder a este traspaso.
A diferencia de Gran Bretaña, que está implementando el cambio por etapas y por región, Estados Unidos decidió desconectar la señal análoga de todo el país.
La medida produjo acusaciones, especialmente de ancianos y familias de bajos ingresos que, por el momento, han quedado fuera del cambio.
Al desaparecer la TV análoga, se ha podido liberar espacio en el espectro de radiofrecuencia, expandiéndose en él la telefonía celular.
Después del advenimiento del color, en los años 50, es el cambio operado más llamativo de la historia de la TV en el país del norte. De todos modos y, al margen de la inversión y ganancias del sector (como del Estado), los titulares del servicio de televisión por cable, por ejemplo, no observarán drásticas mutaciones. Una mejora en la definición de imágenes y nuevos canales son la síntesis del aporte final, el que llega al público. Los que no se contaban como abonados a dicho servicio, quedarán por un tiempo impresionados, pero no tanto como con las posibilidades actuales de internet: el gran cambio y salto cuántico de las telecomunicaciones, por interacción, instantaneidad, versatilidad, estética y variedad.
Cuando hace dos décadas se hablaba de la TV interactiva (y digital) no se contaba con la sombra de las PC en red y una Internet universal…
Si el YouTube es, finalmente, la nueva televisión para los más jóvenes…
Habrá que repensar y definir, entonces, el rol de la televisión y, por sobre todo, sus contenidos. Tal vez sea ya un invento que, como está, atrase. Y como compañero (de otra época) se torne, igualmente querible aunque sea reiterativo y previsible.
Gustavo D´Orazio