Uno, refleja lo triste que es no tener trabajo. El otro, rinde tributo a una parte de nuestro cuerpo -esencial- para poder trasladarnos y cumplir con una labor. Una reedición de dos poemas (ya contenidos por el Blog) pero que, de este modo, pueden ser ubicados más fácilmente.
ANONIMOS
Sin rostros
evaden su peso,
el paso de cada instante.
...pero están.
Son y buscan en la ciudad.
Entre las ruinas circulares,
la moneda que los salve;
entre las bolsas cerradas,
el mendrugo que los alimente.
Sin rostros,
con sueño,
tejerán esta noche una pesadilla que los libere.
Se vengarán del destino,
del destierro,
en busca de la ciudad que los reviva.
Anónimos...
que están.
evaden su peso,
el paso de cada instante.
...pero están.
Son y buscan en la ciudad.
Entre las ruinas circulares,
la moneda que los salve;
entre las bolsas cerradas,
el mendrugo que los alimente.
Sin rostros,
con sueño,
tejerán esta noche una pesadilla que los libere.
Se vengarán del destino,
del destierro,
en busca de la ciudad que los reviva.
Anónimos...
que están.
G.D.
12 DE FEBRERO 2003.
12 DE FEBRERO 2003.
MIS PIES
Lánguidos.
Cansados por el camino arduo,
mis pies reposan separados.
Sin botas ni medias ajustadas;
limpios del camuflaje social,
se recuestan venosos a la espera del nuevo día.
Recortados sobre la alfombra, sueñan
que no guían,
que no se agotan.
Musculosos y blancos -ambos-
parecen sin vida.
Es que desoyen al cerebro ágil
y pulen un mañana de ciudad temprana,
de colectivos y subtes.
De formalismo estricto,
de harapos de oficina.
Cansados por el camino arduo,
mis pies reposan separados.
Sin botas ni medias ajustadas;
limpios del camuflaje social,
se recuestan venosos a la espera del nuevo día.
Recortados sobre la alfombra, sueñan
que no guían,
que no se agotan.
Musculosos y blancos -ambos-
parecen sin vida.
Es que desoyen al cerebro ágil
y pulen un mañana de ciudad temprana,
de colectivos y subtes.
De formalismo estricto,
de harapos de oficina.
G. D. - 1993/4
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