Evocación
Allí estás,
porque aún no te has ido.
Perpetuidad,
símbolo, prenda
y desafío.
¿Sabrán de tu dolor, de las angustias acumuladas;
o sólo -siempre- retratarán a esa mujer indomable,
bella y decidida?.
¿Quién sabe dónde?.
¿Quién sabe qué?.
¿Quién oye hoy tu grito desauciado?.
En la hoguera,
se han puesto tus pasiones.
En el rol de jueces,
ésos y aquéllas.
¿Sabrán de tus dolores,
urgencias y necesidades?.
Equivocada o no,
excesiva o no,
fuiste genuina y consecuente.
El inicio y el fin de tu destino.
El inicio y el fin de tu destino.
Una condenada vencedora de los tiempos.
...y allí estás.
Consumida y bella;
blanca y perpleja.
¿Quién sabe dónde?.
¿Quién sabe qué?.
¿Quién oye hoy tu grito desauciado?.
Eterna,
buscarás al enemigo hasta encontrarlo.
Posarás los labios sobre sus mejillas,
susurrándole que volverás,
algún día,
liberada de tu cuerpo
y tus estigmas.
Gustavo D´Orazio
Invierno de 1996.
Invierno de 1996.
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