Amor Astillado
El silencio -ese plácido estado-
fue roto por el fracaso;
el desamor
y el grito.
Punzante,
le ha hecho daño al oído
y al pecho.
Crujen, desde entonces,
los cristales de mi corazón.
En mil pedazos,
mil pedazos rotos,
fue transformada la música,
el beso y el sexo.
El silencio
-aquel espacio de encuentro
reservado y pudoroso-
ahora yace entre escombros
propios y ajenos.
Sus ojos,
también lloran...
aunque
no nos miremos.
Sólo astillas
clavadas en nuestros pechos;
en el recuerdo
y el corazón,
otrora enamorado.
G.D.
No hay comentarios:
Publicar un comentario