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Luciérnagas en el Jardín: mala. Un libro y un montaje oscuro, que no atrae ni conmueve. Un elenco estelar (J. Roberts y otros) en una historia que naufraga.
Código de familia: buena. Como El Padrino pero de policías. Cine de género, con introspección familiar. Se sostiene en las interpretaciones convincentes de C. Farell y E. Norton. Un retrato actual sobre la corrupción de la fuerza que no escapa a ninguna sociedad.
Todo puede cambiar: regular. Helen Hunt y otros en un relato que atrae pero con un desarrollo desparejo.
El precio de la libertad: muy buena. Es una producción que emociona y hurga -con sentimientos y afinada psicología- en la relación de Nelson Mandela y su carcelero, James Gregory, en la Sudáfrica del apartheid (1968 en adelante). Un retrato político y humano cuestionador, bien actuado (Joseph Fiennes, como Gregory; Dennis Haysbert en el rol de Mandela; Diane Kruger como la esposa del carcelero) y narrado con solvencia por Bille August. El liderazgo de Mandela, el racismo, la violencia, la injusta realidad local y los vaivenes institucionales desfilan por esta cinta que también plantea interrogantes más personales (íntimos) sobre las conductas de los hombres, las órdenes brutales y el libre pensamiento. Llega hasta la liberación de Mandela (tras 27 años de prisión) y nos hace reflexionar sobre ese continente, la desigualdad social y ciertos valores (naturales) universales. Una frase de Mandela enseña su mensaje universal: “Nadie nace odiando a los demás por el color de su piel, su educación o su religión. La gente aprende a odiar, y si se puede aprender a odiar, se puede enseñar a amar, porque el amor surge del corazón humano de un modo más natural que el odio”.
La última oportunidad: aceptable. ¿Es una comedia romántica?. Yo no la calificaría así. La situación que plantea interesa. La soledad, los cambios de vida, de rumbo y esas decisiones que nos pueden transformar…Lo que no hay es “piel o química” entre la pareja elegida como protagonistas: Emma Thompson y Dustin Hoffman.
Camino Revolucionario o Sólo un sueño: buena. (Primero, que no los aleje el título. Hace mención al nombre de la calle donde vive la familia). La narración del filme es ágil. El planteo atendible: una mujer está hastiada y, junto a su marido, quiere cambiar…, pero ¿podrán?. La pareja de Titanic en un filme denso y dramático. Sobresale DiCaprio. Intenso y maduro en su composición. No desentona Kate Winslet que, dirigida por su esposo, dota de potencia y matices a un personaje difícil.
El secreto: mensaje cuestionable. Buena producción pero apenas un aporte para convencer a los que buscan la felicidad en el dinero, el éxito y el protagonismo destacado.
Esperando la Carroza 2: decididamente MALA. Un libro endeble. Precaria producción, grosera, sin alegría o complicidad para el divertimento...escenas arrancadas de la original y vueltas actuar. Los actores: dicen sin gracia, repitiéndose, confirmando que el tiempo pasó y ha dejado huella. Casi todo ocurre en una casona de Vicente López. No hay esmero en las tomas, en el guión; faltan guiños, apuntes socioculturales reales. Apenas un lenguaje soez surge para teñir de "comedia" a sucesos costumbristas o familiares. Al final, nace un argentinito (eso dice una improvizada partera, Lidia Catalano). ¿Ese argentinito es el que ha ido al cine a ver esta producción, de no más de 85 minutos, que ni Doria ni Langsner se atrevieron a avalar, a filmar?. Un argentino más otro, que sumaron medio millón de espectadores (¿defraudados?) para "la Carroza 2". En 2008, se estrenaron casi 90 filmes. Calidad variada y eco de público y crítica, también variado. ¿Dónde se ubica esta continuación?. Sin Gasalla, ni China Zorrilla, los actores restantes son "estereotipos reconocibles" dentro de un elenco que naufraga y no hace reír, ni pensar acerca de cómo sómos o nos ven. Mostrar incultura, falta de educación, de estilo y deshonestidad no bastan para caracterizar una galería de personajes (ética-estética) sin escrúpulos, fracasados, engreídos y/o falsos. Dos ausentes: un buen director y un mejor guión. Cámara, vestuario y sonido: pobres, sin creatividad. ¿Incongruencias en esta segunda parte, respecto del inicio de la historia de los Musicardi?: muchas. Un subproducto que facturó gracias al éxito y la calidad de aquella otra Carroza que sostenía: "vamos a reírnos de nostros mismos"... y ¡cómo lo lograba!.
VEAN CINE EN EL CINE O EN SUS HOGARES. CON AMIGOS, CON SUS HIJOS. ES UNA BUENA OPORTUNIDAD PARA VOLVER A VER AQUELLA PELI QUE NO TERMINASTE, O TE QUEDO PENDIENTE O, SIMPLEMENTE, DESEAS REVISAR.
Gustavo D´Orazio
Desde la Argentina, un refugio para quienes deseen indagar en el imaginario de un amante de la palabra... Literatura, periodismo; fusiones e invenciones en un océano virtual que jamás pensé integrar.
P O E S í A /// P O E S í A
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He naufragado en un mar de recuerdos.
Ante el futuro incierto, busco en el presente
al que soy. Hoy ya no es ayer.
G.D.
Estar ROTO DE AMOR, duele.
G.D.
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