P L E G A R I A
¿Quién es el mar, quién soy?
Lo sabré el día ulterior que
suceda a la agonía.
Jorge L. Borges
Si oyes gritar
el grito será mío.
Incontenible, ya,
sobrepasará el verbo de las voces
y tornará audible el gemido de los incompletos,
de los últimos.
Desparramará fluidos -pestilentes como nunca-,
exponiendo un "yo" enajenado,
diferente al sentenciado por ropajes que lució
y méritos que supo recoger.
Manifestando un ser indecoroso,
como jamás fue, ni buscó serlo,
renunciará a las rosas
por las espinas clavadas.
Desde un rostro plácido,
desde un fino surco de vida
(vacío de apuestas),
compuesto por sales y bañado por agua,
será sólo "eso":
sales y agua.
Gustavo D´Orazio
Lo sabré el día ulterior que
suceda a la agonía.
Jorge L. Borges
Si oyes gritar
el grito será mío.
Incontenible, ya,
sobrepasará el verbo de las voces
y tornará audible el gemido de los incompletos,
de los últimos.
Desparramará fluidos -pestilentes como nunca-,
exponiendo un "yo" enajenado,
diferente al sentenciado por ropajes que lució
y méritos que supo recoger.
Manifestando un ser indecoroso,
como jamás fue, ni buscó serlo,
renunciará a las rosas
por las espinas clavadas.
Desde un rostro plácido,
desde un fino surco de vida
(vacío de apuestas),
compuesto por sales y bañado por agua,
será sólo "eso":
sales y agua.
Gustavo D´Orazio
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