Una poeta única. Un alma que aún deambula
inspirando insomnios,
pasajes de obra y líneas de texto.
Es Alejandra Pizarnik. Entre el texto, la obra y la noche,
su luz alumbra nuestro pensamiento.
SILENCIO
Rodeado de sonidos,
solo,
en aquel momento audible,
único e irrepetible.
Yo y él.
Mi ayer vuelto presente,
sin pálpitos
y en paz.
Yo y el futuro inmediato:
ese instante próximo,
fugaz e insalvable.
El silencio extremo
como un aliado desaconsejado,
poco buscado.
Aislado.
Rodeado exclusivamente
por mis sonidos naturales
-como único ruido-,
me siento protegido,
armónico.
Rodeado de sonidos,
solo,
en aquel momento audible,
único e irrepetible.
Yo y él.
Mi ayer vuelto presente,
sin pálpitos
y en paz.
Yo y el futuro inmediato:
ese instante próximo,
fugaz e insalvable.
El silencio extremo
como un aliado desaconsejado,
poco buscado.
Aislado.
Rodeado exclusivamente
por mis sonidos naturales
-como único ruido-,
me siento protegido,
armónico.
10:10
AM., PM.,
10 y 10 hasta el hartazgo.
En cada reloj,
de toda publicidad.
En cada cuadrante,
de hombre o mujer,
de niño o niña.
10 y 10,
sin imaginación,
marcan al mundo
la hora única,
global,
de la estética que vende.
AM. o PM.,
no importa.
10 y 10,
para todos,
por siempre.
Como si otra hora
no pudiera señalarnos
el paso del tiempo
-el minuto exacto-,
que va de la vida
a la muerte
de cada día,
de cada vida.
Primer Certamen Literario Nacional de la Sociedad de Escritores de Gral. San Martín (SESAM), Mención de Honor en Poesía, 2005.
ANONIMOS
ANONIMOS
(Crónica Poética)
Sin rostros
evaden su peso,
el paso de cada instante.
...pero están.
Son y buscan en la ciudad.
Entre las ruinas circulares,
la moneda que los salve;
entre las bolsas cerradas,
el mendrugo que los alimente.
Sin rostros,
con sueño,
tejerán esta noche una pesadilla que los libere.
Se vengarán del destino,
del destierro,
en busca de la ciudad que los reviva.
Anónimos...
que están.
12 DE FEBRERO 2003.
Sin título
Sin rostros
evaden su peso,
el paso de cada instante.
...pero están.
Son y buscan en la ciudad.
Entre las ruinas circulares,
la moneda que los salve;
entre las bolsas cerradas,
el mendrugo que los alimente.
Sin rostros,
con sueño,
tejerán esta noche una pesadilla que los libere.
Se vengarán del destino,
del destierro,
en busca de la ciudad que los reviva.
Anónimos...
que están.
12 DE FEBRERO 2003.
Sin título
(Dedicado a Alejandra Pizarnik)
Aquellas violetas vivas,
azulinas,
yacen hoy secas
-muertas-,
encerradas en un grito,
aplanadas por aquel
libro (aún virgen),
adolescente.
Testimonio azul;
testigo de la no amada;
propiedad del que rechazado,
te desnudó en sueños,
bebiendo de solitarias madrugadas,
los abismos personales.
Amándote,
exhausto,
jamás supo del ingreso
a ése,
tu diario íntimo:
sinuoso,
desesperado
y virginal.
sobre la palabra
“...cada palabra dice lo que dice
y además más y otra cosa”.
Alejandra Pizarnik
qué decir del concepto
del signo
y el significado.
del trazo curioso
la mancha de tinta (escurriéndose libre)
y el error como grito.
del surco azulino
del primer cuaderno.
qué decir sobre
la palabra mamá
y aquel lápiz (negro)
esperanzado.
mi mamá
su mano
y la mía dibujando flores
del número
y la coma.
de la duda
y el norte.
qué decir de esa
carta manuscrita
y el amor confesado.
del mote molesto
asimilado
y evitado.
de esa marca profunda
en el alma
y la voz.
qué decir de
la tecla
el papel
y ese abecedario mecánico
difícil
finalmente aprendido.
por último
la pantalla amigable
y un cayo de tanto tipiar.
dedos ágiles
dedos sabios
y la palabra dicha
supuesta
sostenida
y admitida
como logo de lo humano
de esta (mi vida terrena)
casi
en el fin de los tiempos.
Aquellas violetas vivas,
azulinas,
yacen hoy secas
-muertas-,
encerradas en un grito,
aplanadas por aquel
libro (aún virgen),
adolescente.
Testimonio azul;
testigo de la no amada;
propiedad del que rechazado,
te desnudó en sueños,
bebiendo de solitarias madrugadas,
los abismos personales.
Amándote,
exhausto,
jamás supo del ingreso
a ése,
tu diario íntimo:
sinuoso,
desesperado
y virginal.
sobre la palabra
“...cada palabra dice lo que dice
y además más y otra cosa”.
Alejandra Pizarnik
qué decir del concepto
del signo
y el significado.
del trazo curioso
la mancha de tinta (escurriéndose libre)
y el error como grito.
del surco azulino
del primer cuaderno.
qué decir sobre
la palabra mamá
y aquel lápiz (negro)
esperanzado.
mi mamá
su mano
y la mía dibujando flores
del número
y la coma.
de la duda
y el norte.
qué decir de esa
carta manuscrita
y el amor confesado.
del mote molesto
asimilado
y evitado.
de esa marca profunda
en el alma
y la voz.
qué decir de
la tecla
el papel
y ese abecedario mecánico
difícil
finalmente aprendido.
por último
la pantalla amigable
y un cayo de tanto tipiar.
dedos ágiles
dedos sabios
y la palabra dicha
supuesta
sostenida
y admitida
como logo de lo humano
de esta (mi vida terrena)
casi
en el fin de los tiempos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario