Sonreir, entretenerse...
¿Una historia de solos y solas
que quieren amar y ser amados?
Hubo decenas de familias. Desde los Pérez García, pasando por los Campanelli y los Roldán, hasta los Ingalls y los Simpson...pero "Los Pells", los exitosos y muy vistos PELLS...?. Nada que ver.
Con buena producción, cuidada imagen y originales interpretaciones, la fuerza de este producto "Ortega", expone a través de Telefé, la impostura del mundo televisivo, pero no sólo de la TV.
Bañados por una artificiosa -y excesiva- luz rosa; perfeccionados con maquillaje, los personajes de esta serie o telecomedia, actúan un guión hábil, superficial y pasatista.
Tanto, que el registro señala lo hueco de la sociedad exitosa, que aparenta y finge, que miente y desea figurar. Individualismo, egocentrismo y soledad es lo que abunda en los Pells.
Buena ropa (de autor o con marcada tendencia siglo XXI); comentarios livianos y situaciones disfuncionales se mezclan en un cocktel que mide buen raiting, cada noche.
Simuladores
Un gran vacío (en la historia grande) es lo que ocupa las existencia de esos seres que viven, día y noche, en el canal de televisión, olvidando su privacidad, otras obligaciones y sentimientos profundos.
Al menos, esto es lo que trasciende desde el libro y los parlamentos chispeantes, simples, construidos para entretener sin conmover, hacer sonreír sin causar hilaridad .
Solteros, solos, solas, adictos al trabajo, personas sin madres ni padres visibles, ni hermanos o hijos, parejas, esposos o esposas integran el staff Pells.
Salvo el ficticio matrimonio de Sol y Martín (en verdad, ahora, Gonzalo: un actor que simula ser el auténtico conductor del noticiero, en coma después de un accidente), y la pareja de este último (Tomás) o las que se arman para "pasar la noche", el resto es un desfile de solitarios completando el elenco, una auténtica galería de almas "cool".
Amanda: no muestra ni habla de su esposo. Sí, acusa tener un hijo que recién asoma timidamente en los episodios actuales.
Núñez y Franco: están solos.
Varios empleados de los dos canales, destacos en sus roles: están solos, desesperados, en la búsqueda de compañía pero no con buenos o nobles fines, valores o autenticidad.
Sergio, Alvaro y ..., también son solos.
Sí se vio, únicamente, al padre de Sol, en dos escenas; a la abuela de Gonzalo y a...
Familia lo que se dice familia. Ni una. Y no importa, aquí, la orientación sexual. Hay o hubo parejas, pero con dudas, enfrentamientos, mentiras y falsedad.
Ficción dentro de la ficción.
¿Modelo actual?
Desgarro, individualismo y unilateralidad. Esto es lo que prima en "Los Exitosos Pells". La maquilladora, los productores, el periodista que quiere ascender y muchos otros personajes están solos y ocupados en su narcisismo, en trabajar y observar al otro.
El matrimonio Pells (que renovó votos maritales, mediante un sacerdote falso) acepta lo falso en sus vidas, en la humorada de parodiar las "televentas", con productos ridículos, plantándose como un equipo profesional-laboral cuando ambos son "títeres" concientes de la estructura empresarial televisiva, adictos a las marcas, el dinero y el buen estándar de vida.
Una isla
Palmeras, casas envidiables, perfectas, ascépticas, no vividas, no usadas, solitarias (como la ciudad nocturna o matinal que se muestra desde el río), combinan -perfectamente- con el interior frío de estos seres que irrumpieron hace un mes en la pantalla, prometiendo continuar durante el próximo año. Tal vez, resuman el paradigma de un micromundo humano, social, que se amplía, afianza y parece confirmar que la individualidad y el consumo se han extendido, supliendo a la solidaridad y al prójimo.
Claro que como retrataron las comedias costumbristas (hasta el hartazgo, en muchas ocasiones; y repitiendo fórmulas, otras), los Pells no son el único ni último reflejo de la sociedad local o mundial. Existen familias, seres menos aíslados, igual de complicados, tan positivos y negativos como los creados por los guionistas de "Los Exitosos Pells", pero que interactúan desde caracteres más sinceros, sin tanto maquillaje y mentira, buscando sostenerse en la solidaridad, la verdad y la compañía.
No resula extraño el planteo o el eje del programa. Sabemos de la impostura, del artilugio del mundo del espectáculo, de los seres vacíos y desesperados por ser y protagonizar (destacarse) en cualquier ámbito, sin deseos ni posibilidad de compartir (dar y recibir). Lo que ciertamente es preocupante obervar y analizar, son los componentes psicológicos, éticos y espirituales de esta comedia que retrata un tipo de gente, o grupo, que ¿pide? auxilio.
¿Habrá familia dentro de "Los Existosos Pells"; son todos disfuncionales, ensamblados, resentidos, abandonados, arrogantes, autosuficientes...o qué?. Yo, por ahora, me marcho a cenar a casa, donde mis hijos, una perra y mi esposa me esperan.
No somos perfectos, somos un poco Pells pero no idénticos a esos seres tan individualistas y apurados por...
Gustavo D´Orazio
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