Sin vueltas

PaJa y ViGa

La paja en el ojo ajeno
me dejó ciego;
la viga del propio
fracturó mi pié izquierdo.

Ahora, no veo de un ojo
y estoy enyesado.

Cansado por forzar la visión impar,
siento dolores fuertes
en mi cabeza rapada.

Ya sin yeso, el empeine
aplanado no mejora.

Porto mi propia cruz,
hablo igual de los otros
e intento averiguar
por qué mi lengua filosa
no eructó una advertencia rápida,
si se sentía tan sabia,
si se animaba a todo.

¡Paja, viga, ojos y pies!

¡Calma...y menos maledicencia
gratuita, innecesaria!

Pie izquierdo aplanado,
cara con anteojos,
sien lustrosa,
sonrisa serena.

¡Calma!, juro que no volveré
a las andanzas:
no quiero perder mi otro ojo,
ni la movilidad toda.

Pajas y vigas,
vigas y pajas,
propias y ajenas,
convivan…
que vivir y dejar vivir
también es de buena persona.

2008

Cordón

El viejo cordón
aún no se ha cortado.
Resiste
al comprender
que durará hasta que
el círculo se haya completado.

Mientras, en un instante,
a solas,
la vida y la muerte se le han presentado,
explicándole que ese círculo
se ha de completar algún día.

Remoto o próximo,
el cierre de las estaciones
llevará a que el cordón
-inevitablemente- se venza.

Así caerá al suelo;
a la tierra que lo transformará
y hará desaparecer.

Mientras, sabe que se aferrará
a ese cordón
para no caer,
para que no caiga.

2007