Porque
no pudo
Atrapada en el texto,
su palabra
fue rodeada,
consumida,
por la llama.
Entre lilas y azucenas,
en un paisaje desnudo,
hizo arder su cuerpo pálido.
Mitigó deseos,
abrió páginas
y descubrió desiertos.
Contenida por un frágil espíritu,
robusteció -con rebeldía-
la mirada joven de sus pocos años.
Atrapada por la pluma,
halló luz en la oscuridad…
como si vivir le resultara fácil.
Entre lilas y azucenas,
el paisaje desnudo de su cuerpo pálido,
no pudo soportarlo.
Quedaron sus desiertos,
fuego enhebrado entre palabras rigurosas
y esa mirada rebelde
-inhóspita-
de una Alejandra (*) eterna,
que no pudo con sus dones,
contra su propia sombra,
contra su propia fuerza.
G.D.
Nota: cuando se hurga en el pasado, en esos escritos de un tiempo ido, aparecen borradores queridos, notas instantáneas, muchas veces reservados, a la espera de ser corregidos, completados. Uno escribe -dicen- siempre sobre lo mismo. En este blog, otro poema habla de Alejandra Pizarnik y su peculiar y talentosa sensibilidad artística. Esta poesía era, originalmente, más breve; conserva, ahora, tono y espíritu con nueva extensión. Entre otros bocetos de mi autoría, manuscritos del ayer, tipeos apresurados (tachados por x o fibra verde), voy recuperando -lentamente- obra, retazos de mis vivencias (observaciones) y trabajos literarios dormidos; éditos o inéditos. Paulatinamente se irán integrando al blog. Algunos, esperan el momento justo. Otros, ya se han incorporado a éste en diferentes entradas.
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